Entre 1984 y 1988 hubo un programa de televisión que marcó época, por su originalidad y por su enfoque, y de paso marcó la infancia de muchas personas que hoy pasamos los 30... De "La bola de cristal" no recuerdo las series, apenas a los electroduendes y algo a Alaska y a Santiago Auserón, pero hay dos cosas que se me quedaron grabadas: que
si en quince segundos no soy capaz de imaginarme nada debo ver menos televisión y que
hay que enseñar a desaprender cómo se deshacen las cosas... Esto último no lo llegué a entender nunca, me parecía un galimatias, y vista desde hoy, la sección del programa que se titulaba así, era una especie compendio de todo lo que no se les supone a los niños, pero en cualquier caso lo que inevitablemente sucedía era que estas afirmaciones inesperadas me hacían pensar.
Algunos años después me preparo para ser educadora y creo que hay que desaprender para aprender cosas nuevas, que los esquemas previos nos sirven pero también nos cohartan, que la creación colectiva tiene valor en sí misma, como proceso, además de como producto y que el arte (recepcionado o generado) es capaz de provocar y hacer pensar.
Por eso este blog quiere ser un espacio en el que volcar desde técnicas de creatividad hasta ideas de trabajo concreto en torno a la generación de pensamiento critico y creación colectiva. Un poco un cajón de sastre de alternativas para escapar del "así se hacen las cosas" y para educarnos y educar en la diversidad crítica.
